judicial. Esto incluye el derecho a un juicio justo
y equitativo, el derecho a la igualdad ante la ley,
el derecho a la libertad personal, el derecho a la
privacidad, el derecho a la no tortura o tratos
crueles, inhumanos o degradantes, y muchos otros
derechos reconocidos tanto a nivel nacional como
internacional (De Zan, 2019).
Los principios éticos relacionados con los
derechos humanos exigen que los actores
judiciales actúen de manera imparcial,
independiente y objetiva al tomar decisiones que
afecten los derechos de las personas. Esto implica
no discriminar por motivos de raza, género,
orientación sexual, religión o cualquier otra
característica protegida por los derechos
humanos, implica Además respetar la dignidad y
la integridad de las personas, tratándolas con
cortesía, consideración y justicia (Naciones
Unidas de los Derechos Humanos, 2011).
La ética en la justicia también requiere que se
aborden adecuadamente los casos relacionados
con violaciones de derechos humanos. Los
actores judiciales deben tener la capacidad y la
voluntad de investigar, juzgar y sancionar los
actos de violencia, abuso o discriminación que
afecten los derechos de las personas.
Esto implica garantizar el acceso a la justicia
para las víctimas, proteger a los testigos y
proporcionar reparación a aquellos cuyos
derechos han sido violados (Naciones Unidas de
los Derechos Humanos, 2016).
La relación entre ética y derechos humanos
también implica la promoción de la justicia social
y la igualdad. Esto implica que los actores
judiciales tengan en cuenta las desigualdades
estructurales y sociales que pueden afectar el
ejercicio de los derechos y la capacidad de las
personas para acceder a la justicia.
Se espera que los principios éticos guíen a los
profesionales del derecho y a los actores
judiciales para abordar estas desigualdades y
tomar decisiones que promuevan la igualdad y la
inclusión (Naciones Unidas de los Derechos
Humanos, 2016).
Por tanto, la ética en la administración de
justicia y la prestación de servicios jurídicos en
Ecuador debe estar intrínsecamente relacionada
con el respeto y la protección de los derechos
humanos.
Los principios éticos exigen que los actores
judiciales actúen de manera imparcial,
independiente y objetiva, respetando la dignidad
y la igualdad de las personas. Además, se espera
que aborden adecuadamente los casos
relacionados con violaciones de derechos
humanos y promuevan la justicia social y la
igualdad en el sistema judicial.
Formación y educación ética
Los autores Ramos & López (2019) indican
que la ética profesional y la formación ética son
elementos clave para garantizar una práctica
jurídica sólida y ética en el sistema judicial. En
Ecuador, la formación y educación ética de los
profesionales del derecho desempeñan un papel
fundamental en la promoción de una conducta
ética y responsable.
La ética es un componente fundamental de la
profesión legal y su incorporación en los planes
de estudio de las facultades de derecho es esencial
para preparar a los futuros abogados y actores
judiciales para enfrentar los desafíos éticos en su
práctica profesional.
La formación ética en las facultades de
derecho debe incluir la enseñanza de principios
éticos, códigos de conducta y normas
profesionales. Los estudiantes de derecho deben
ser capacitados en temas como la imparcialidad,
la integridad, la confidencialidad, el respeto a los
derechos humanos y la responsabilidad
profesional.
La formación ética también debe promover la
reflexión crítica sobre los dilemas éticos y las
implicaciones éticas de la profesión jurídica
(Ramos & López, 2019).
Además de la formación en las facultades de
derecho, según Andrade et al. (2020) la educación
ética continua es fundamental para garantizar que
los profesionales del derecho estén actualizados y
comprometidos con los estándares éticos más
altos.
Los programas de educación continua y los
cursos de ética deben ser accesibles y obligatorios
para los abogados y actores judiciales,
fomentando el análisis y la discusión de
problemas éticos y promoviendo la adhesión a
principios éticos actualizados.
La formación y educación ética también deben
considerar la importancia de la responsabilidad
social y el compromiso con la justicia social. Los
profesionales del derecho deben ser conscientes
de su papel en la sociedad y de su capacidad para
promover la igualdad, la inclusión y el respeto de
los derechos humanos.
La formación ética debe fomentar la
Revista INNDEV ISSN 2773-7640. Septiembre-Diciembre 2023 Vol 2, Núm 4, pp 1-10 Recibido (Received): 2023/11/30