las ideas del texto es porque ya las
comprende. La evaluación de lectura no
solo observa la comprensión de los
pensamientos del texto, sino que también
sigue el texto en sí, ya que tiene en cuenta
todos los aspectos del significado, los
aspectos gramaticales y pragmáticos.
La comprensión lectora en la
universidad requiere no sólo la
comprensión y apreciación de los textos
temáticos, sino también la adquisición de
vocabulario y conocimiento general de
los textos literarios, ya que juegan un
papel importante en el conocimiento y
desarrollo del lenguaje. Procesos
cognitivos y metacognitivos de los
contenidos específicos de diversas
disciplinas, así como el desarrollo del
pensamiento analítico y crítico; esencial
para la práctica académica de los
estudiantes y su futuro laboral como
profesionales en el siglo XXI.
De los datos del análisis del discurso
se desprende que los estudiantes no se
interesan por el texto (función activa)
para profundizar en las ideas expresadas.
Específicamente, aunque el texto era
apropiado para su edad, madurez lectora
y nivel de educación, no hubo indicios de
que el contenido fuera bien recibido.
Como señalan Romero & Wilczynska
(2016), vivimos en una sociedad acrítica
donde la espontaneidad de la tecnología y
el comportamiento comunicativo
disminuyen la alegría y el placer de la
lectura. Al igual que Gunobgunob-
Mirasol (2019), este estudio también
muestra que los jóvenes tienen un
vocabulario limitado en lectura y
escritura; porque utilizan palabras
habladas y a veces terminología
incorrecta al escribir, no pueden leer
activamente en el entorno digital y, por
tanto, comprender e interpretar el
contenido del texto (Ingarden, 2005), lo
que indica que rara vez interactúan con el
contenido o lo comprenden. desde el
texto. La realidad de los textos (Barthes,
1994).
DISCUSIÓN
Es evidente que el vocabulario y el
interés de los estudiantes por el texto
literario es insuficiente para
comprenderlo, y esto se refleja en el
lenguaje utilizado para explicar lo que
leen. En general, muchos estudiantes no
demostraron la capacidad de respaldar
opiniones. Se ha demostrado que la falta
de conocimiento del lenguaje o del
significado de las palabras es una barrera
importante para la comprensión lectora
(Carlino, 2018; Harmon y Wood, 2018;
Kameli y Baki, 2013; Kintsch, 1998;
Rosado y Caro, 2018), ya sea numérica o
textual en forma impresa.
Como Flores-Carrasco et al. (2017),
encontramos la necesidad de mejorar la
comprensión del texto en formatos
digitales en paralelo con la comprensión
del texto impreso. Por otro lado, existe un
andamiaje entre el vocabulario y la
lectura activa que puede conducir a un
círculo vicioso o virtuoso. El hecho es
que un lector que comprende algunas
palabras habladas no puede profundizar
en el texto hablado, y su vocabulario y
comprensión lectora no mejorarán cuanto
menos lea.
Por el contrario, si el lector es capaz de
comprender el texto, su participación será
activa en la evaluación del trabajo,
familiarización con el lenguaje general y
la terminología de su campo temático. En
este sentido, López-Bonilla (2017) señala
la necesidad de reconocer que cada
disciplina tiene una especificidad
discursiva y una forma propia de leer, por
lo que es necesario romper el vínculo
entre lengua y lectura. Las disciplinas
apropiadas se consideran medidas
correctivas y se otorgan a través del
desarrollo curricular para aumentar la
relevancia y el profesionalismo de las
actividades relevantes. Ningún docente
debe ignorar los estilos de lectura de su
materia a la hora de impartir contenidos