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En México, la ley de relaciones familiares del 1917 integró el divorcio de naturaleza
vincular como parte de las transformaciones de carácter revolucionarias. Por su parte el autor
Acosta señala que esta reforma “respondió a la necesidad de modernizar a las instituciones
familiares y adaptarlas a los principios de libertad e igualdad proclamados en la revolución
mexicana” (Acosta Romero, 2018, Pg. 123)
La segunda mitad del siglo XX (veinte) marcó un periodo de singularidades muy importantes en
las reformas de la mayoría de los países en Latinoamérica. Según Méndez:
Las décadas de los años 60’s, y 70’s fueron deponentes de una oleada de reformas de
carácter legislativas que a su vez modernizaron el derecho de familia en la región. Estas
modificaciones respondieron a cambios de naturalezas sociales, incluyendo la creciente
participación de la mujer en la vida pública, la secularización de la sociedad y nuevas
concepciones sobre la autonomía individual. (Méndez Costa, 2022, Pg. 167)
Por otra parte, Argentina experimentó un proceso particular, con la implementación y
posterior derogación de la ley del divorcio de naturaleza vincular, en diferentes momentos
históricos, hasta la definitiva incorporación en el año de 1987. Kemeljamer destaca que, “el
proceso de incorporación del divorcio vincular en Argentina refleja ciertas tensiones tanto en las
fuerzas modernizadoras como en las conservadoras que han caracterizado la evolución del derecho
de familia en la región.” (Kemeljamer de Carlucci, 2023, Pg. 78)
En las últimas décadas del siglo XX (veinte) y principios del XXI (veintiuno), la principal
proclividad en América Latina ha sido hacia la flexibilización de las causales del divorcio como
tal y a la vez a la simplificación de los procedimientos judiciales en estos. De acuerdo con ello
Pérez observa que, “la evolución más reciente del divorcio en la región se caracteriza por el
progresivo abandono del sistema causalista y la adopción de modalidades que privilegian a la
autonomía de la voluntad.” (Pérez Gallardo, 2021, Pg. 234).
Chile en 2004, fue uno de los últimos países de Latinoamérica en incorporar el divorcio
vincular, acertando así al fin de una era de resistencia ante esta institución. Como expresa Ramos
Pazos (2020), argumentó que la ley del divorcio chilena, aunque fuese tarde a comparación de sus